domingo, 16 de agosto de 2009

ESE BESO...


Cuando tú me miraste a tu albedrío,
amante y turbador en tu delirio,
eran ruego y ascuas tus pupilas,
que de mis labios un beso me pedían.

Pero no pude yo, darte ese beso...
Era más fuerte el designio mío
de ser fiel a mis firmes convicciones,
aunque en mis labios el beso fallecía...

Más culpas agregarle no podía,
al instante crucial de mi existencia
y, aunque al negarme, el alma me dolía...
ese beso, dormido, se moría !

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