Construyendo despacito,
y con alguna ilusión,
un precioso castillito
en mi alma se instaló.
En el castillo, una torre
de sólida construcción….
Su base estaba segura,
pues era mi corazón ¡
¿De dónde llegó aquel viento?
¿Llamé yo aquel vendaval?
Con él vino la centella
que mi torre derrumbó.
Aún su silbido yo siento…
Mi torre se destrozó
Y, junto a ella, mi alma…
también, triste, se cayó!
Alda Gladys 09/01/09
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